Llorenç Danés nació en Sant Privat de Bas (Gerona), el 30 de diciembre de 1982. Su afición a la pintura le viene de pequeño y siempre ha tenido mucha habilidad en ello. Empezó clases de pintura al óleo en 1995, cuando solo tenía 13 años. Ahora, con una pintura mucho más perfeccionada, Llorenç Danés ya esposa su obra en varias partes de España y Francia.

» En momentos casi caóticos, donde proliferan los «ismos» y las «encias», donde la anarquía es absoluta y donde el buen arte, en muchos casos brilla por su ausencia, donde el oficio y el saber hacer parece que no importan, donde el legado de los grandes maestros de todos los tiempos es incluso olvidado. Es como mínimo reconfortante ver aparecer -como una flor entre guijarros- artistas que como Llorenç Danés, rescatan modernizando tal vez, las enseñanzas de la más pura tradición pictórica.El, igual que los maestros de antaño y especialmente los grandes paisajistas de la escuela de Olot, sabe que hay que meterse en el paisaje, mezclarse con él para poder extraer del motivo todo lo que pueda ofrecer. No basta con saber captar la luz, el color y las formas; también hay que saber plasmar en el lienzo, la emoción que se siente ante la naturaleza, pintar las sensaciones, los sentimientos, las vibraciones que invaden el cuerpo del artista llegándole hasta el alma y que a través de su mano deja impresas en la superficie del lienzo, consiguiendo que el espectador de su obra, sienta también, las mismas emociones. A esto se le llama transmisión de sentimientos y es lo que el buen arte debe tener. El artista transmite al espectador, lo que sintió en su interior en el momento de interpretar la naturaleza, el espectador lo recibe al contemplar el cuadro y de este modo se consigue la comunicación.Llorenç Danés sabe de esto y con su buen hacer llega al alma de quien contempla sus cuadros. Al ver su obra, uno se siente como parte integrante de lo que ha pintado.El artista pequeño dios en suma, recreador humilde de lo que el Gran Creador ha realizado, procura encerrar en su lienzo un momento sublime de la creación, ofreciendo al espectador -como si de una ventana se tratara- la visión del instante elegido, dejándolo impreso para siempre. Pues la naturaleza cambia, se modifica, se transforma, no es igual todos los días, pero la obra artística realizada por Llorenç Danés, seguirá imperecedera, reflejando siempre, aquel instante que cautivó al artista y que le impulsó a tomar los pinceles, para transmitirnos la belleza del momento elegido.Así es la obra de Llorenç Danés, seria y bien construida, con una envidiable técnica conseguida a través de disciplinas escolásticas con conocimientos del color para conseguir finísimas armonizaciones. Pero es también a su vez, mensajes enviados desde la naturaleza. Capaz de proyectar emociones y sentimientos que nos llegan desde los más variados rincones por él pintados. Al contemplar sus cuadros no podemos quedar indiferentes, el arte está presente en ellos, pues ellos son arte. »
Pere Ventura Julia

Serenidad

Pequeño Rebaño

Montañas

Atardecer

Al terminar de llover

Viejas barcas

Capilla

Fuente: Llorenc Danes

En artista de la tierra

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