Tomás Guzmán González

Aún recuerdo, hace ya bastantes tiempo, quizás tendría 10 o 11 años, en el taller de mi tío Alfonso «El Maestro», el olor del aguarrás y el lino impregnando mi memoria de sensaciones nuevas acerca de la luz y el color. Mis raíces familiares ayudaron a marcar un camino que daría un profundo sentido a mi trabajo como pintor. Algunas clases de dibujo me llevaron a la preparación para el ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, pero el desánimo y falta de apoyos me hicieron desistir. En ese momento, yo mismo sería el que extrajera con mis manos la experiencia de los pinceles sin influencias, aun pasando por varios géneros y escuelas que he admirado pero intentando, ante todo, ser fiel a mi mismo. Expuse en el Palacio de Cristal del Retiro y en otros sitios, aunque paradas intermitentes en mi carrera no me han ayudado a mantener una línea continuada de trabajo. Sin embargo mi alma nunca salió de la naturaleza y sus paisajes, porque ellos, en cierta medida, eran y son yo mismo.
Actualmente, y con la experiencia que me a dado la madurez, estoy iniciando una nueva etapa que espero sea fructífera ya que pintar fue siempre y ha sido mi verdadera pasión.